Hay noches en que deambulamos sin rumbo fijo por nuestras vidas, noches en que simplemente nos dejamos llevar por lo que nos sucede, es una sensación que recorre nuestro cuerpo y nos hace más libres. Soñar se nos suele dar muy bien pero cuando tenemos que llevar estas fantasias a la realidad nos cohibimos, hay algo en la vida real que nos hace perder valor pero existen noches en que hacemos acopio y vamos a por lo que queremos.
En esas noches se suelen encontrar cosas muy importantes, tanto que suelen seguirnos por nuestro camino.
Hace tiempo que estoy dándole vueltas a una novela erótica, tengo una maestra muy buena, crónica de los sentidos fue una buena iniciación... he aquí una pieza.
"Notaba su respiración en mi sién y habia algo en sus suspiros que no me dejaba dormir, notaba como se descompasaba cuando apretaba mis nalgas sobre él. sabia que estaba dormido pero cuando lo hacia a mi lado nunca terminaba de descansar, se habia acostumbrado a mis múltiples devaneos y momentos fogosos en mitad de la noche... le despertaba cada poco tiempo rozándome con él, abria sus ojos, esbozaba esa sonrisa que me desarmaba y me apretaba contra su pecho. Encajabamos, cuando nuestros cuerpos se juntaban habia algo en ellos que hacia que estuviesen perfectamente diseñados para estar así... siempre.
Un día desperté y en lugar de su cuerpo encontré una nota, me decia que se tenia que ir, que no le buscase y que puede que algún día volviesemos a disfrutar en aquellas sabanas. Desde entonces ha pasado mucho tiempo y demasiados son los amantes que han recorrido esta cama pero sigo añorando sus caricias, su forma de hacerme reir y esa sonrisa pícara que me pedia que fuese solo de él. Me tenia completamente enganchada, podía acostarme con otros hombres pero no volveria a hacer el amor como en esos años, porque sino le tenia a él sabia que no me dejaria llevar, solo me dejaria hacer.
Conocia su poder sobre mi y por eso se habia ido tranquilo, sabia que cuando decidiese que estaba preparado para retomar aquello yo le estaria esperando como una perra fiel. Pero habia algo de todo aquello que me cansaba, tantos hombres y ninguno me convencia de olvidar aquellos años de mi vida? debia encontrar a un hombre que me satisfaciese plenamente, qué me penetrase en la mente.
En aquel momento hice un cambio de residencia y me trasladé a un pueblo de las Alpujarras con la intención de hace un arduo estudio sobre El silencio de las sirenas de Adelaida Garcia Morales y huyendo de mis fantasmas. Me lleve mi portátil y una pequeña maleta, aquello iba a ser pasajero. Pero allí conocí a alguien que cambio el esquema de mi viaje y me invito a quedarme el tiempo que desease.
Me deje llevar, cómo decia antes, cuando las fantasias están en tu cabeza son muy perfectas pero debemos llevarlas a cabo y aquel hombre me atraia enormemente, su mirada me penetraba y sus conversaciones me hacian tener sueños cada noche después de nuestras veladas a solas. Cada noche por supuesto acababamos cada uno en su cama, hasta que él tomó las riendas de la situación y se desnudo para mi. Aquella noche me deje poseer.
A la mañana siguiente él seguia allí, no se habia esfumado y prometia momentos de placer súblimes. Se despertó y me empezó a saborear, comiéndome tiernamente el cuello y después el lóbulo de la oreja... me abrazó apasionadamente mientras sus labios buscaban mi boca. Después de muchos besos por todo mi cuello y de un delicioso recorrido por mis pechos, me había empezado a besar excitado en los labios, me mordia levemente el labio mientras su lengua los dibujaba, me besaba y le deje sentir mis jadeos, le hice participe de mi fuego interno... Empecé a gemir y le susurré algo en el oido, enseguida bajo sus manos en busca de mi cueva de la pasión. Me abrió y empezó a jugar con mi clitoris, sabia que estaba húmeda por sus besos y dejo entrar sus dedos, los deslizaba fácilmente por los flujos que se derramaban. Dibujaba círculos con uno de ellos y yo me estremecía de placer, mientras le mordisqueaba el lóbulo y le decia obscenidas que queria que llevase a cabo conmigo, esa misma mañana.
Me dio la vuelta y me tumbo... la mañana flluyo entre sábanas y poesía, nos levantamos pasadas las 12 y nos fuimos a la cocina, tanto esfuerzo se merecia un buen tentenpié. Preparé mis famosos sandwiches de pollo y nos fuimos a la montaña, hacia bueno y era un día idóneo para sentarse bajo un buen árbol. Además teniamos que aprovechar aquella química. Me llevo a un sitio que conocia, un lugar que me iba a explicar porqué pero que era muy especial.
Una vez allí me contó una tierna historia de infancia, con una novieta que le dejo por uno más alto, una triste historia de amor inocente. Del más puro. Aquel hombre tenia algo en su forma de ser que le convertia en alguien muy misterioso, queria siempre saber más de él. me embelesaba que le contase sus cosas y su forma de pensar me deslumbraba. No sabia aún a que se dedicaba pero sabia que todas las tardes iba al parque que estaba frente a mi casa, hasta que un día le pedí ayuda porque me habia entrado un ratón. De ahí surgió una amistad que nos llevo a esto, a compartir su cama y a veces la mia, a conocernos como se conocen los buenos amantes...
Un día me insinuo que estariamos mejor los dos en una misma casa, sin tener que andar con las cosas de aquí para allá. Me desorienté. Soy así, todo lo que me suene mínimamente a comprometerse, a perder un poquito de libertad... me hace desequilibrarme pero él que conocia este aspecto de mi. Me apretó fuerte contra su pecho y me dijo que no me fuera sin más, que esta vez me quedara y que me iba a dar algo que no me habia podido ofrecer nunca. Que me iba a enamorar. No queria cortarme las alas sino ofrecerme las suyas y pedirme que no le dejase jamás parar de volar, pero que volase con él si queria.
Emprendimos un maravilloso y místico viaje juntos... nunca he disfrutado del sexo como en esos momentos, era diferente, era fácil, lo teniamos en todo momento que queriamos, era excitante probar todos los rincones de la casa, era complaciente... me sentia muy plena y feliz, signifique lo que signifique...
Pero sabemos que todo lo bueno se acaba y esto tenia que llegar a su fin. No queria emplear el método de la carta a medianoche, se merecia más. Así que me levanté a su lado y le deje que me hiciese el amor por última vez. Su sexo estaba muy ergido y tenia muchas ganas de mi, le di todo lo que quiso y fue una mañana entre orgasmos compartidos y temblores mutuos. Me sentia en esos momentos que no me queria ir pero algo dentro me dijo que lo tenia que hacer, así que cuando nos levantaron. mientras tu te dabas una ducha, hice la maleta y cuando salieste te esperaba en el resquicio de la puerta para despedirme de ti.
Te dí un húmedo beso en la boca y me pediste más. "Volveré, encanto, deja un hueco en tu cama para mi" y me dí media vuelta y contoneandome salí de aquella casa que tan buenos recuerdos me iba a traer.
Ahora me tiro a mi profesor de francés y tiene su encanto pero echo de menos la complicidad, el dejarse llevar, el vivir plenamente el momento... Pero el otro día todo cambio, iba por la calle principal cuando lo vi, paseaba de la mano de una mujer exhuberante pero sabia que le podia recuperar. tenia previsto nuestro encuentro en la presentación de mi libro. Me puse deslumbrante para él y sutió efecto, a medianoche le tenia entre mis piernas. Al día siguiente despertamos en su casa y me pidió que esta vez no me fuese, qué sabia que seguia siendo libre pero que a su lado lo iba a ser.
Me hizo el amor como tantas veces, me folló como nunca. Me ha dicho que su chica quiere que se comprometan pero él no ha podido hacerlo porque me estaba esperando a mi, así que va a dejarla y cuando se vaya nos iremos otra vez a vivir juntos, esta vez en mi piso del centro, dónde dice que podrá trabajar mejor, ya sé a que se dedica y me encanta. Voy a hacerle un poco de espacio en los cajones.
Buenas noches noctambulos, espero haber despertado vuestro lado oscuro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario