Ding, dong, ding, señores pasajeros tenemos el placer de informarles de que hemos tomado tierra con éxito en su lugar de destino. Les agradecemos hayan volado con nosotros y esperamos que hayan disfrutado del vuelo. Vayan bajando pues les aguarda el lugar donde pertenecen, aquel al que siempre han ansiado viajar, el último, su lugar de destino.
Vaya, tal vez nunca debí tomar éste vuelo de último minuto porqué dicen cosas muy extrañas, ¿cómo que mi último viaje?. Esta tia de la megafonia está loca, muy loca... voy a poner una queja en un de esas malditas hojas de reclamaciones que no sirven de nada, pero sí lo voy a hacer, además no tengo nada mejor que hacer cuando salga del puto avión.
Voy directo al mostrador de información después de recoger mi maleta, que afortunadamente no han perdido, la señorita amablemente me informa de dónde acudir para formular una reclamación. Me muerto o (la frase empezaba con me muestro pero vamos a ver que pasa si dejo que actue la escritura utomática, lets go!) me he muerto o tal vez estoy soñando, la azafata que me acompaña no es otra que Kate (sí, sí la macizorra de Lost), con el rimmel corrido como en ese videoclip tan decadente que anunció una de las temporadas, está impactante la sigo desconcertado y cuando llegamos al stand me encuentro con Lucía, mi vecinita de cuando vivia en otra ciudad (sí, me la tiré), me atiende como si no me conociese de nada y me ofrece el formulario a rellenar, me veo incapaz de ponerme a escribir en esos momentos. Me siento fuertemente agitado por dentro, me importa un bledo si este es mi último viaje, ¿con semejante compañia quién se quiere ir de un destino así?
En fin, me lo tomo con filoSofía y acudo a ver a una psiquiatra, me la han recomendado ellas mismas en el café que nos hemos tomado mientras me rellenaban la hoja de reclamaciones, en fin, una buena tarde. Después Ana, la doctora, me empieza a preguntar infitas cosas que puede que antes ni me hubiese planteado, en serio, algunas de las cuestiones eran tan complicadas que buscaban su respuesta en lo más hondo de mi, me tenía sometido, conseguía arrancar de mi cualquier tipo de secreto, incluso lo inconfesable. Pero no me importa, tengo fe. Creo en ella, sé que va a encontrar respuestas a las eternas preguntas que me vengo haciendo desde que existo y que por mi mismo no logro contestar, me va a sacar de este pozo sin fondo.
Me empiezo a sentir realmente mal con lo que decido acudir a diferentes especialistas para chequear mi estado de salud, todas las pruebas me otorgan resultados de lo más positivos y mis dudas se acrecentan, ¿de dónde me viene el dolor? ¿Qué querrian decir con lo de mi último viaje? ¿era verdaderamente éste mi lugar de destino?
Quiero dispar mis dudas y el mejor sabelotodo que conozco es, por supuesto, el señor Internet, maestro en artes y oficios, conocedor de las mayores sabidurias y las más terribles estupideces (es lo que tiene que cualquier colgado pueda publicar, por eso supongo que yo mismo puedo escribir)... aquí en la red de redes encontré las respuestas a mis preguntas, con ellas en la mano me fui a ver a Ana, me aguardaba una terrible noticia.
Dejo que le expusiese mis teorías para después hacer oidos sordos y empezar con "mira, querido, estás muy equivocado en todo, ¿sabes que es lo que realmente te ha pasado a ti?, pues te lo voy a decir, una parte de ti ha muerto, así de sencillo. Ahora estás de luto y no puedes ni verlo, ni tan siquiera recordarlo pero ha sucedido, has muerto, bueno aquel que fuiste, sigues aquí con los vivos porque queda mucho de ti, suficiente como para sacar otro yo de dentro y renacer de tus cenizas. Te costará un tiempo, lo vas a pasar mal pero te repondrás y querrás volver a vivir porque serás de nuevo tú, con otro nuevo carácter, otra personalidad y diferentes herdidas de guerra pero al fin y al cabo siempre serás tú, sí, sin esa parte que tanto echas de menos. Pero ahora debes decirle adios porque ha muerto.
Pero ¿cómo ha sucedido? ¿quién la ha matado?. "¿Me lo preguntas?, has sido tú". ¿Qué yo he matado a una parte de mi? y dime ¿cómo lo he hecho? ¿me ensañé?, hay que joderse para una vez que cometo un asesinato y no me acuerdo y lo más estupido, lo cometo contra mi. Debo ser imbécil, eso dijo ella cuando cerró la puerta y se fue. Vaya si recuerdo eso, es que esa parte de mi no es la que ha muerto. Me siento bastante aliviado, no me gustaría prescindir en esta vida de ella.
Salgo de la consulta buscando un lugar donde refugiarme, encuentro un café poco frecuentado que tiene buena música y a veces hay mujeres interesantes solas que fijen trabajar en el portátil, un día me acosté con una, así que decido que era un buen escondite incluso puede que encontrase nuevamenre compañia. Me siento en una mesa junta a una señorita (o eso espero) que luce una minifalda que hace las delicias de mi atenta mirada. Le sonrio y a cambio obtengo un "buenas tardes" y una mirada de indiferencia. Mi plan se complica pero me van los retos, es más odio que me lo pongan fácil.
Al cabo de uno minutos alzando mi copa de wiskhy le insinuo que beba conmigo, accede y brindamos para inaugurara lo que promete ser una charla interesante, incluso sexy pues el rubor que me crea la visión de esas piernas me está afectando en la entrepierna y ya somos dos los que pensamos. Como diria mi hermana, siempre ha sido el de abajo el que piensa por mi, así me ha ido. Le ofrezco que se siente junto a mi pero me pide que vaya yo a su mesa, me acerco y beso su mejilla en un coqueto intento de dejar caer la comisura de mis labios sobre los suyos, ella los nota húmedos y sonrie. Me aparto pero mantenemos la mirada, nuestros ojos han conectado más allá de nuestros cuerpos, su mirada me consume, me espia la mente... se ha metido en mi. Últimamente absorbo energias, constantemente recibo descargas de otras almas en recompensa de la mia perdida supongo.
Acabamos de tomar nuestras consumiciones y nos vamos de aquel lugar, salimos juntos cogidos de la mano, tú con tu maletín de ejecutiva, yo con el diagnóstico de mi propia muerte bajo el brazo, corremos hacía el coche y nos vamos al hotel más cercano. Allí nos despojamos de todo lo que nos impide acariciarnos y nos comemos el uno al otro, siento que me posees pero a la vez sé que eres mia. Es muy intenso lo que me haces sentir, un dolor placentero que me invita de nuevo a morir, esta vez junto a ti porque sí puede que sea verdad este es mi lugar de destino... junto a ti, porque sé que eres tú, que te ha pasado como a mi, ahora estás de luto pero ya volveremos a ser nosotros, lo sé.
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