Era una mañana de un día cualquiera de junio, el sol entraba por la ventana y sus rayos me despertaron, te miraba dormir y mientras te sonreia me miraste...[] alzaste tus brazos y comenzaste a jugar conmigo intentando prolongar mi estancia. "Me gustan tus tretas para mantenerme a tu lado pero sabes que debo marcharme al trabajo, no sufras mucho, echándome de menos". Un café para llevar y me subo en el coche, parece que el día al fin y al cabo tampoco tiene porque ir mal.
Llego justo a tiempo para evitar subir en el ascensor con el jefe y su nueva secretaria/becaria, lleva meses pidiéndome que acepte un caso que puede llevarme varias semanas y puede dar mucho de sí. La verdad es que en éste momento de mi vida lo que menos necesito es algo que sea duradero. A mediodía trato de evitar cualquier contacto a mi salida de la oficina para poder comer sola en el bar de la esquina, leyendo mis mails personales, mensajes que hace demasiado que no chequeo y necesito contacto con mi mundo.
No me ha escrito pero sé que no me ha olvidado. Unos minutos para un café pero es el turno del encuentro incomodo del día. Está mirando la carta en la puerta, podria no verme pero excato, esas cosas a mi no me pasan. Finjo sorpresa y le invito a sentarse conmigo, tomamos ese café y mi sonrisa se congela en el tiempo, de repente me dice que desde aquel día no ha podido dejar de pensar en mi. Que su cabeza le dice continuamente que su respuesta no fue la que sentia, sino la que necesitaba.
Se me acaba el tiempo así que me siento aliviada pues no tengo respuestas para una palabras que llevaba tanto esperando escuchar. Mi tiempo se ha parado y estoy en un mundo paralelo, quizás no pueda volver. Vaya, el resto de la tarde me tiene muy confundida, finalmente llega el momento de regresar a casa pero no sé si lo que me espera es en realidad lo que quiero, lo tenia claro por la mañana cuando me marché pero ahora ya no estaba segura de ello.
Me tomé un tiempo, paré en un bar que a veces me servia de refugio para esas noches en que solo te apetece estar a solas contigo, contarte cosas a ti misma y preguntarte un poco por tu estado, ese tipo de cosas que a veces hacemos demasiado poco y en estos casos me venia muy bien pues al menos buscaba respuestas.
Tenia en la retina grabada su mirada, esa sonrisa y sus últimas palabras. Intentaba recordar otros momentos pero siempre acababa regresando a ese momento.
(Fragmento de "Ha llovido mucho desde entonces..." en proceso by me)
A ver si me vuelvo a pasar por aquí, casi olvido como se susurra...